¡HÁGASE JUSTICIA!
Retrato interno de una sección




Titular de 'Los Justicieros del Software'


La imagen que podéis contemplar aquí arriba os será presumiblemente familiar. Poco después de su primer año de andadura, se les ocurrió a los responsables de MicroHobby que quizá estaría bien "vestir" de negro a algunos de sus lectores y darles la oportunidad de comentar las últimas novedades en juegos para Spectrum.

Hoy tengo el placer de presentaros la charla mantenida con uno de esos lectores, perteneciente a la primera promoción de los 'Justicieros del Software', Gorka Polite. Sin más, entremos en materia.



______


ALBERT VALLS : Bien, pues para empezar haznos saber un poco acerca de tus circunstancias actuales (edad, lugar de residencia, ocupación profesional... ya sabes, esos pormenores).

GORKA POLITE : Acabo de cumplir una treintena de tacos; resido en Londres y trabajo como director de Informática en una mediana empresa. He pasado de utilizar los ordenadores como un hobby a repudiarlos en cuanto llego a casa ya que son sinónimo de trabajo, cuando antes lo era de placer. Pero bueno, no me puedo quejar, sigo siendo un apasionado de la tecnología pero no tan fanático como antes. Me supongo que los años no perdonan...

Yours truly...

A.V. : Mal general, mucho me temo... En fin. ¿Cuándo y en qué contexto entras por primera vez en contacto con el Spectrum? ¿Y con la revista MicroHobby?

G.P. : A lo largo de 1984 descubrí lo que era un ordenador. Por aquel entonces tenía 10 años y recuerdo que no podía creer lo que tenía en mis manos. Fue en una especie de concurso ínterescolar en donde te dejaban pajarear un rato con un Dragón. Hasta ese día tenía una vieja consola de juegos de estas clónicas y había programado una vieja calculadora Casio que tenia algo así como 32 pasos programables, una delicia que incluso te dejaba bifurcar el código usando unos IFs rudimentarios. Un conocido se compró un 16K y cuando lo vi decidí que tenía que hacerme con uno a cualquier precio. En Noviembre de 1984, con la excusa de la llegada de las Navidades, y tras arduas negociaciones con mi padre, limpié mi cartilla de ahorros de los abuelos, y pagué las 54.000 pesetas, en dos plazos, de mi Spectrum 48K. Un par de semanas antes había salido a la venta la primera MicroHobby. Desde entonces no fallé ni una sola semana durante años y años.

A.V. : Muy cierto, el primer ejemplar apareció a principios de noviembre. Y además de ese primer 48K, sería grato saber también si dispusiste de otros modelos de Sinclair mientras fuiste usuario.

G.P. : El Spectrum 48K, en las circunstancias que describí antes, lo estiré hasta 1986 cuando me compré un 128K, para finalmente comprarme un +3 en 1988 ó 89, no recuerdo. Comprar el +3 fue un gran error, ya que por aquel entonces los PCs ya comenzaban a ser asequibles y muy poco más tarde me compré un Amstrad 1640 con doble disquetera y sin disco duro. Ese fue mi primer PC y el momento en el que enterré para siempre el Spectrum.

A.V. : ¿Dedicabas el Spectrum a un uso puramente recreativo, o lo utilizaste también para fines más "serios"?

G.P. : Jugaba como un poseso. No era más que un mocoso y pasaba horas y horas delante del televisor, jugando. Sin embargo al tiempo me empezó a picar la curiosidad, me tenía intrigado cómo era posible que cuando el láser del enemigo pegaba en tu nave produjese una explosión, o cómo se lo podían montar para hacer un triple 'scroll'. Recuerdo que preguntas como éstas me volvían loco. Creo que la ventaja que tenían los juegos en aquella época es que eran mucho mas fáciles de conceptuar en tu cerebro. Los juegos eran programados normalmente por una persona, ayudada como mucho por gente pare retocar los gráficos o el sonido. Comprendo que los chavales de hoy en día, cuando juegan, no sienten tantas ganas de programar; debe ser difícil con juegos en los que intervienen equipos de decenas de individuos.

A.V. : Por el hecho de comprar MicroHobby con regularidad y aprovechar todos y cada uno de los recursos (lúdicos o no) que ofrecía, deduzco que aspirar a justiciero no fue producto del azar, como sí lo hubiera sido para quien comprara esporádicamente la revista.

G.P. : Como he comentado antes la revista salió a la venta justo cuando adquirí el primer Spectrum. MicroHobby se convirtió en mi Biblia. Gracias a la revista aprendí a programar Basic y, lo que es mejor, Código Máquina del Z80. Recuerdo que el curso de Basic lo pude seguir con facilidad, pero el del Z80 tuvo que esperar. Cuando tuve todos los artículos de todos los números lo llevé religiosamente a encuadernar para al poco tiempo devorarlo. Pero bueno, ésto se va de la pregunta... volviendo al tema, ser justiciero fue una consecuencia de las horas que dedicaba a la revista, que es lo mismo que decir las horas que dedicaba al ordenador.

A.V. : Ok, en el número 49 se incluye el cuestionario a responder para optar a ser justiciero. ¿Te llamó la atención desde el primer momento?


Compañeros de 'promoción'


G.P. : Fue de las primeras veces en mi vida en que sentí que un concurso estaba sesgado para mí. De crío era un enfermo de las promociones de guardar tapas de yogures, recortes de cereales u otro tipo de pijadas del estilo. Mandaba a todos los concursos que veía y en la vida me tocó nada, ni siguiera cuando el premio era seguro, del palo: reúne veinte, y te enviaremos un bolígrafo. Ni aun así me lo mandaban. Lo único que conseguí al respecto es llenar el buzón de casa de publicidad, que sólo provocaba el puteo de mis padres. Como dices, desde el primer momento que vi el cuestionario me lancé de cabeza convencido de que las iba a sacar todas bien, pero convencido también de que no me iba servir para nada...

A.V. : Bendita equivocación... ¡aunque sólo fuera por esa vez! Tenemos veinte preguntas en total, todas relacionadas con lo que podríamos denominar "cultura" del software. Ahora que tienes la oportunidad de revisarlas, ¿qué sensación guardas respecto a su dificultad en aquel momento?

G.P. : Hace ya mucho tiempo de eso, pero si algo recuerdo es que pensé que me sabia la gran mayoría de las respuestas, y desde luego ninguna me sonaba a chino. Sabia perfectamente dónde empezar a buscar información de las que tenia que confirmar. Es curioso, incluso hoy, tras haber estado desconectado durante tanto tiempo del mundo del Spectrum, muchas de las preguntas me sonaban e incluso juraría que podría acertar unas cuantas. Dicho sea esto, no apostaría mucho dinero si alguien me lo ofreciese por acertar la mitad sin chuleta... pero seis o siete caerían seguro. Cuando releo material de aquellos tiempos me hace ver lo profundamente enraizado que esta en mi memoria, señal inequívoca de que en aquel momento no podían haber sido muy difíciles.

A.V. : ¿Las supiste contestar todas? ¿Te hizo falta echar mano de revistas, preguntas a compañeros, alguna partida de más a algún juego en concreto?

G.P. : Hoy en día este tipo de cuestionarios no son tan relevantes para filtrar el conocimiento de los concursantes. Con la ayuda de Internet siempre puedes encontrar respuestas a preguntas que tú solo tendrías dificultad en responder. Si esto no funciona siempre puedes ser ayudado por tu red de colegas. En aquel entonces me supongo que era más complicado porque tenías que tener el material y además había entre los amiguetes un cierto secretismo a la hora de compartir las respuestas, a fin de cuentas en aquel entonces éramos una secta y todos queríamos acertarlas.
Seguro que siendo como soy las confirmé todas, jugué todo lo habido y por haber hasta sentirme totalmente seguro. Creo recordar (pero esto puede ser mi memoria que barre para casa) que los de la revista me dijeron que sí que las había acertado todas.

A.V. : Más loable si cabe, pensando que en esa época la "quinta del Google" (entiéndase en el sentido que se prefiera) no estaba siquiera en "fase de preparación". Dime cuánto tardaron aproximadamente en ponerse en contacto contigo desde la revista para hacerte saber que te habían escogido.

G.P. : Poco, muy poco. Recuerdo que contesté el cuestionario muy rápido y lo mandé certificado urgente. Pero la verdad es que tardaron muy poco tiempo en contestar. Tan poco que ni tan siquiera me había dado tiempo a cuestionarme si lo había hecho bien o no. Me sorprendió muchísimo la velocidad.


Datos para el cuestionario


A.V. : La sensación que tuviste, antes de empezar a recibir esos programas y jugarlos ya como justiciero, ¿cómo la puedes recordar? ¿Un poco de responsabilidad? ¿Intimidación ante el hecho de que se publicaran tus comentarios? ¿O llanamente alegría por el chollo de recibir las últimas novedades por la cara?

G.P. : La sensación que tuve fue alucinante. La idea de que ahí iba a estar yo comentando un juego que me regalaban desde una revista me llenaba de gozo. Me lo tomé muy en serio y realmente sentía una gran responsabilidad. Esto se debe en gran medida a que era muy crío y a que todo el entorno del Spectrum se desarrollaba entre pispajos de mi edad. Intimidación no me daba ninguna; siempre he sido extrovertido y no me daba ninguna vergüenza que se publicasen mis comentarios. Fue una sensación alucinante.
A lo largo de mi vida he tenido, por suerte, otras oportunidades para estar contento por determinados logros personales, pero para mí es una de las cosas que más orgulloso me hace sentirme, y mira que en el fondo es una pijada. No tenía más que responder un cuestionario de juegos. Me supongo que esto hoy en día lo hacen los chavales en las revistas de videojuegos día si día también, pero ¿qué se le va a hacer? Cada cual alucina con sus cosas y a mi me dio por alucinar con esto.

A.V. : Y a mucha honra. Por eso me hace sonreír que en cierto momento lo llames pijada, porque tal y como me cuentas a lo largo de la entrevista, esta oportunidad de criticar los juegos la planteas como una aportación a la información incluída en MicroHobby. Una oportunidad de, en cierta manera, formar parte del equipo de MicroHobby. "Ayudar" a hacer la revista, en definitiva. Y creo que debe ser esto a lo que te refieres cuando me hablas de responsabilidad, ¿no es cierto?

G.P. : Hoy lo llamo pijada porque sólo el distanciamiento de tus preocupaciones, nuestro particular día a día, nos hace capaces de reflexionar acerca de lo insignificantes que son muchos de nuestros problemas. De la misma manera que hoy puedo estar mucho más interesado en buscar reconocimiento en mi ambiente laboral o familiar sabiendo que cuando me jubile o cambie de pareja mis preocupaciones actuales me parecerán insignificantes.
Ahora bien, en su día escribir la crónica del juego de la semana era más importante que ir a clase. Si por un casual al otro lado del teléfono me daban las gracias, me quedaba encantado de mi existencia. Sí, me supongo que tienes razón; sentía que estaba ayudando a la revista. No sé si me llegué a sentir parte del equipo, pero definitivamente era una responsabilidad.

A.V. : Según la descripción inicial, el software enviado a los justicieros debía ser siempre original. ¿Fue efectivamente así?

G.P. : Si. En un par de ocasiones, al final, mandaron alguna cinta copiada. Eso sí, con mil excusas de por medio explicando que debido a que no les habían llegado todas las copias que habían pedido. Yo creo que los tíos eran muy serios al respecto, y desde luego mucho más que nosotros los usuarios que copiábamos entre los colegas bastantes juegos.

A.V. : En el número 55 llega vuestro primer "juicio", para el 'Fighting Warrior'. Se da la curiosidad de que tu fotografía y tu crítica son las que aparecen en primer lugar, del total de ocho personas. ¿Hubo alguna oportunidad de contactar entre vosotros, o MH nunca tuvo interés en esa posibilidad?

G.P. : Nunca llegamos a hablar entre nosotros. Eran otros tiempos; hoy en día en una situación similar seguro que nos encontraríamos todos en foros, vía e-mail, o móviles. En aquellos tiempos las únicas opciones eran el correo y el teléfono, que costaba una pasta comparado con las tarifas actuales. Yo creo que tu pregunta surge desde la perspectiva de las comunicaciones actuales, pero yo creo que nunca me lo llegué a plantear, y pondría la mano en el fuego que los demás tampoco se lo plantearon.

A.V. : A matizar se ha dicho. Más que tener presentes las facilidades actuales en cuanto a posibilidad de comunicación, te lo preguntaba por si la misma revista se hubiera planteado, en algún u otro momento, poneros en contacto de cara a alguna "recuperación" de vuestro papel como justicieros. Recuerdo que vuestras votaciones sirvieron, ni más ni menos, que para otorgar un premio al mejor juego del año mientras la sección existió, y de ahí mi curiosidad por saber si los justicieros también hubieran hecho presencia de algún tipo en esas entregas.
Por otra parte, tienes toda la razón en decir que el hecho que MH buscara algún modo de interactividad entre vosotros no es planteable en los años 80 y tratándose de lo que se trataba...

G.P. : Fíjate como será la desconexión de mi cerebro que ni me acordaba de lo del juego del año. Tienes razón, podrían haber montado algo al respecto, ¿verdad? Lo cierto es que desde la revista no hicieron nada que se pareciese a ponernos en contacto.

A.V. : La descripción de cada justiciero, sobre todo en los tres primeros juegos comentados, es más bien larga y detallada. Cuéntanos de qué manera MH os pedía que la hiciéseis (es decir, por qué vía -teléfono o lo que fuera- y de qué modo -grababan la llamada, o tomaban nota, o lo que fuera).


Software español comentado por los primeros justicieros


G.P. : El procedimiento era sencillo. Los juegos iban llegando, algunos con una pequeña nota explicando para cuándo debía estar la critica y algunos otros llegaban sin ninguna explicación. El contacto era telefónico. Ellos llamaban siempre y aunque te parezca mentira sólo guardo un vago recuerdo de que la llamada la hacia una voz femenina. Eso si, no me preguntes si siempre era la misma o no, y además no me extrañaría nada de que sean imaginaciones mías porque el recuerdo es muy vago. Creo que tomaban notas de las llamadas porque recuerdo que me hacían leer las criticas muy despacio.
Yo siempre he sido un pesado escribiendo, y de crío todavía más. Me enrollo por las persianas con cualquier tontería y siempre tengo que releer e-mails o comunicados importantes porque a veces el mensaje se pierde entre tanta paja. Me supongo que al ser los primeros tuvo que haber un periodo de adaptación por ambas partes. Al principio eran menos estrictos con el número de palabras y la estructura, y la crítica publicada se ajustaba a la realidad. Pero con el tiempo la cosa fue degenerando.

A.V. : Vaya por Dios. Entonces se confirma lo que yo también había sospechado en numerosas ocasiones. La aparente candidez/inocencia/espontaneidad de unas opiniones adolescentes fue pasando, progresiva y rápidamente, a ser alterada con objetivos netamente editoriales (fuera por necesidades comerciales o de montaje). Pero bueno, volveré a este tema en un momento.
Antes te quería preguntar: ¿Qué plazo medio de tiempo te daban para juzgar un juego desde que lo recibías hasta que debías comentarlo?

G.P. : Más bien poco. Era una cuestión de días. Dependía bastante de la velocidad en la que hubiese llegado el juego por correo, que en el caso de Pamplona era una autentica tómbola. El servicio de correo en aquella época era absolutamente demencial. Recuerdo que una ocasión me pidieron la critica cuando el juego no me había llegado, cosa que les sonó a excusa, aunque era verdad. Me dijeron que me llamarían al día siguiente y fue entonces cuando recibí el juego. Les pedí una extensión pero me dijeron que era imposible, así que hice la crítica sin prácticamente jugar.
Hoy en día que tengo bastantes amigos en el mundillo de la crítica cinematográfica y musical, al parecer no es tan raro tener este tipo de reacciones y hacer críticas de películas sin haber ido a verlas o de libros sin haberlos leído. En su día eso a mi ni me pasaba por la cabeza, y por ello sufría mucho cuando el plazo era inferior a tres o cuatro días. Ya que me autoimponía la norma de intentar acabar los juegos. Se podría decir que el plazo medio en mi caso fue una semana y a veces tenia que esforzarme y meter horas para hacer la critica. Como en el colegio las cosas me iban bien, y tras darles la vara a mis padres acerca de la responsabilidad de hacerlo bien, nunca tuve pegas para sacar el tiempo necesario para comentar los juegos con conocimiento de causa.

A.V. : Y ahora sí, el detalle que creo merece la pena dejar bien claro. ¿En qué medida tus valoraciones eran respetadas?

G.P. : Yo recuerdo que me subía por las paredes cada vez que publicaban una crítica. Tanto que al final casi ni las miraba. Realmente ponían lo que les daba la gana. Como decía antes, y viéndolo desde la perspectiva del tiempo, hubo un periodo de adaptación, pero a la larga seguro que acababan publicando lo que quedaba mejor en función del mínimo denominador que se encontraban en las criticas de todos los colaboradores. Si te fijas todas las críticas son bastante parecidas en cuestión de extensión y forma y esto al principio no estaba tan limitado a la hora de la petición. Al final sí que se pusieron más estrictos al respecto. Por ello la labor de edición debió ser brutal.
Quizás valga decir al respecto que hay dos hitos en mi vida que han hecho que hoy en día no crea en lo que leo en los medios de comunicación, e ideológicamente me niego a participar en nada que les dé contenido. El primero es la censura que sufríamos en la revista escolar de los padres Maristas cada vez que queríamos publicar algo que no gustaba al poder establecido, y segundo los cambiazos que le pegaban a mis críticas como justiciero. Desde que participé en esta sección nunca en mi vida he aceptado que se publique nada con mi nombre. He tenido alguna entrevista o colaboración, en la radio, en directo, pero nunca jamás he accedido a publicar nada en que lo que yo diga pueda ser editado, y que conste que no quiero que esto signifique presión alguna hacia vuestra página web a la hora de publicar mis respuestas intactas o no.


West Bank. ¿Comentarios fidedignos?


A.V. : La ventaja que supone para nosotros publicar esta charla es que el nulo ánimo de lucro y el interés por tu testimonio no hagan necesario el uso (ya ni hablar del mal uso) de las tijeras, a no ser por el hecho de supervisar mínimamente la corrección escrita del texto. Por otro lado, conste mi pequeña decepción por el grado de manipulación de que tus opiniones (y por extensión las de los otros justicieros) fueron víctimas. Supongo que eres plenamente consciente de que cualquier revista actual de informática contiene tal amontonamiento de adulteración y mentiras bellaquiles que dejan tu experiencia en un juego de niños...

G.P. : Soy consciente, soy consciente... y es una pena porque está tan institucionalizado que aleja a muchos potenciales colaboradores de hacer cosas más serias. Como te decía tengo familiares y conocidos en el mundo de la crítica y tienen que luchar mucho para mantener su integridad e independencia. A mí es un tren que ya se me ha pasado, no soy un animal mediático. Además tienes que tener en cuenta que viviendo en el extranjero desde hace 6 años no he tenido la "suerte" de vivir la decadencia televisiva y mediática al hilo de las noticias generadas por famosotes y asimilados...

A.V. : Mejor volvemos al devenir de la sección. En el número 58 se introduce también la valoración global numérica del juego. ¿Eso lo hacía un poco más fácil?

G.P. : En absoluto. Tengo amigos críticos que se suelen quejar del tema de las estrellas o puntuaciones cuantitativas en general. Yo soy de la misma impresión: una critica es por definición un ejercicio sujeto a subjetividad, por lo que poner una nota era muy complicado. En especial cuando en muchas ocasiones daba la impresión de que servía para que el editor de la revista amoldase tu critica a tu nota. Si pasas de todo poner un número es muy fácil, pero cuando intentas hacer un buen trabajo un número no cuenta la historia de la misma manera que lo haría una crítica.

A.V. : Ciertamente la sección era muy nueva y los cambios se sucedían con frecuencia: esto mismo de la valoración numérica, el antetítulo a modo de resumen para cada crítica, la división entre comentarios positivos y negativos.. ¿Eso afectaba en algo la información que debías transmitir a la revista?

G.P. : Estaba claro que estaban probando diferentes fórmulas y maquetas, y por ello debían adaptar el contenido a dichos experimentos. Yo creo que la primera hornada de justicieros fuimos conejillos de indias del proyecto. Si bien estoy seguro que nos sirvió para tener una flexibilidad que los siguientes perdieron.

A.V. : Otro cambio (quizá el más curioso) tuvo que ver con el uniforme de justiciero que os pusieron a todos a partir del número 66. Dime si eso te provocó algún tipo de simpatía, molestia, o bien indiferencia.

Un día en la 'Plaza de Castilla' de MH...

G.P. : Creo que fue tan solo en el último número, pero fue todo un trauma. Si de crío ya tenia complejo de cabezón, el hecho de que nos pusieran de esa guisa hizo que ese ejemplar 'se perdiera'. Pero Pamplona era una ciudad pequeña y al final los colegas se cachondeaban cosa mala del tema. De hecho gracias al fenomenal trabajo de MicroHobby Forever mis amistades actuales han podido verme vestido de juez...y seguir con el cachondeo de antaño.

A.V. : ¡Sano, espero! Haciendo una revisión de tu trabajo, veo que fuiste tú quién tuvo la (relativa) osadía de mandar las valoraciones más extremas, tanto por arriba (sendos 10 a 'Camelot Warriors' y 'Sir Fred') como por abajo (un 4 para 'Marsport', de hecho el único "suspenso" bajo tu grupo de justicieros). ¿Alguna vez se te invitó a modificar o suavizar también esa valoración por ser demasiado severa?

G.P. : No, nunca recibí ninguna presión a ese respecto. Como ya he comentado con anterioridad se limitaban a publicar lo que les venía en gana. Pero la nota numérica siempre la respetaron. Siempre he sido una persona que gusta del exceso, tanto negativo como positivo. Así que no me extraña que de crío fuese a saco con lo que me gustaba y con lo que no me gustaba.
Abundando en lo que he comentado antes de la injusticia de las valoraciones numéricas, creo que es de recibo comentar que en mi colegio, a esa edad, un 4 era la peor nota del mundo ya que no ponían menos que eso. Un 4 era suspenso ya que el cero se reservaba a los que copiaban o les pillaban una chuleta o dejaban el ejercicio en blanco. Por eso para mi 4 era la peor nota que se le podía dar a algo que había sido completado. Me supongo que esa época entendería como cero a un juego vendido sin cinta dentro.

A.V. : ¡Haha!

G.P. : Historias aparte... ¿qué otra nota se le puede dar a 'Sir Fred' y a 'Camelot Warriors'? Y eso sin tener en cuenta que yo era un fanático de todo lo que sonase a programación hecha en este país.

A.V. : Tú lo has dicho. Bien, tu etapa empieza en el número 55 y termina en el número 70. La sección sufrió una pausa por dos veces (números 59-60 y 67-68). ¿MH te hizo los envíos con regularidad, o bien esos paros coincidieron con retrasos a la hora de recibir los juegos?

G.P. : No me acuerdo con exactitud. Uno de ellos seguro que fue porque se quedaron cortos de juegos. Explicaron que estaban esperando no sé qué juego, que no había llegado y tal y cual. He intentado hacer memoria pero de verdad que no lo recuerdo. Me supongo que tendrían que esperar a tener todas las críticas a publicarlas y si recuerdo bien, hubo cambios en cuanto a los justicieros que publicaron contenido durante la primera etapa. Igual fue debido a que les falló alguien, no lo sé. Lo único de lo que puedo dar garantías es que yo estuve al pie del cañón en todas las críticas.

A.V. : De todos los juegos que juzgaste, quisiera saber si guardas algún recuerdo especial de alguno de ellos. Pero no sólo del juego en sí, sino relacionado con esas semanas en concreto como justiciero. Uséase, alguno que se te atragantara por no gustarte, o alguno que tuvieras que jugar con prisas... o al contrario, que te dejara tan enganchado que te quitara tiempo para hacer la valoración... en fin, tú mismo.

G.P. : Lamento decirte que mi memoria no me da para tanto. Como he comentado antes sí que es cierto que tenía momentos en los que el tiempo era más limitado que lo normal, pero no recuerdo cuál fue el juego en concreto en el que tuve que hacer la crítica con prisas. Han pasado muchos años y mi memoria no alcanza a diferenciar este detalle, lo que me supongo es debido a que me encontré satisfecho con la cantidad de horas que dediqué a cada juego.
Abundando en lo que decía antes, creo que era bastante caserillo con los juegos nacionales. Pese a que en su día seguro que lo hubiese negado en rotundo, el hecho de haber puesto constantes grandes notas a estos juegos me delata. A este respecto puedo añadir el gran complejo que me supuso comentar 'Olé Toro', un juego que no tenía nada, en especial para lo que podría haber tenido. En mi familia, el único que ha cortejado a los medios con bastante asiduidad ha sido Carlos Polite, gran entendido de tauromaquia y flamenco que ha tenido a bien a lo largo de su vida trasmitir su inmenso conocimiento con gracia y profesionalidad. Cuando hice la critica de 'Olé Toro' creo que sufrí una gran presión debido a que no quería poner a parir a un juego que si no llega a haber sido el primer intento de llevar la fiesta nacional a las pantallas de un ordenador se lo hubiese calificado de lamentable. Como gran defensor que siempre he sido de la fiesta nacional seguro que le eché una ayudita a la crítica.

A.V. : Y más ayudas que le hubieran hecho falta. Sobre todo en tu actual país de residencia, donde las críticas dejaron por completo de referirse al juego para vertirse en la fiesta taurina en sí. Pero prescindiendo de esas pequeñas licencias de gusto por el soft de aquí, a grandes rasgos, y visto desde ahora... ¿crees que hiciste un buen papel?

G.P. : Creo que la sección cumplió el objetivo de promover una comunidad de usuarios. MicroHobby hacia muchas cosas de estas. Lo de los justicieros fue sólo una parte de las muchas contribuciones de usuarios en la revista. Creo que el papel de los individuos en esa sección no es tan relevante. Yo sólo sé me que sentía orgulloso de poner mi careto en mi particular 'Biblia': MicroHobby.


Ilustración de J.M.Ponce para el número 49


A.V. : ¿Cómo terminó el vínculo con MicroHobby? ¿Te mandaron algún aviso o notificación a modo de despedida?

G.P. : Sí, hubo una despedida. Fue en el último juego, o en una carta aparte, no recuerdo bien. Era una carta de agradecimiento, que fiel a mis principios guardé como oro en paño durante muchos años, hasta que en alguna limpieza de armarios habría acabado en la basura. La verdad es que me gustaría tenerla en mis manos ahora.

A.V. : La sección sufrió más y más cambios a través de los años, hasta quedarse meramente en las valoraciones numéricas. Sabiendo de antemano que una sección como ésta sólo tiene razón de ser en un contexto informático mucho más inocente que el actual, ¿hasta qué punto crees que las valoraciones realizadas podían tener influencia en los lectores?

G.P. : Cuando era justiciero siempre leía todas las criticas de los demás para ver si la mía iba con ellos o no. En los siguientes meses no les hacia ni caso, ya que pensaba: 'Con lo distorsionadas que estaban mis críticas, seguro que con estos hacen lo mismo'. Gradualmente fui ganando interés en esta sección. Lo gracioso es que esta formula de tener a usuarios mandando criticas y comentarios sigue siendo explotada hoy en día por numerosas compañías de comercio electrónico. Me supongo que los lectores podrían tener una impresión de si un juego era muy bueno o muy malo al leer muchas de las criticas que al alimón ponían a los juegos por las nubes o a parir.

A.V. : Para ir terminando, explícanos qué fue de Gorka Polite después de colgar la toga. Es decir, hasta el momento en que cesa tu relación con el mundo del Spectrum.

G.P. : Yo era un enamorado del Spectrum, tanto que estuve con él demasiado tiempo. Llegué al PC con bastantes años de retraso y nunca logré dominar los PCs tanto como dominaba el Spectrum. Con el Spectrum yo era dueño y señor de mis actos. Sabía cómo hacer cualquier cosa. Fueron seis años en los que Sir Clive Sinclair era mi referencia. Tanto que si hubiese tenido la oportunidad seguro que me habría comprado un C5.
Como he comentado con anterioridad tuve varios Spectrums con los que programé juegos, aplicaciones de todo tipo. Es curioso que nunca llegase a hacer nada de provecho con todo aquel conocimiento. Para mí el Spectrum siempre fue un hobby, algo que nunca me ha pasado con un PC. Todo lo que programaba era totalmente purista y no tenia una aplicación comercial adecuada.
Al llegar al mundo del PC, lo repudiaba ya que no había manera de controlar el ordenador como con el Spectrum. El concepto era el mismo, pero mucho más complicado, y por aquel entonces empecé a descubrir las posibilidades comerciales de los PCs. De la misma manera que con los Spectrums nunca hice un duro, los PCs abrieron otra nueva dimensión de la informática, que no es otra sino adaptar los ordenadores a personas que no saben usarlos para facilitarles su trabajo... mi actual profesión.

A.V. : Seguramente sabrás de algunas actividades y proyectos actuales relacionados con el Spectrum, llevados a cabo por un buen número de sus antiguos usuarios, aquí y fuera de nuestro país. ¿Suscita en tí alguna curiosidad o interés, después de casi veinte años, ver este fenómeno?

G.P. : El hecho de que dedicase seis años de mi vida al Spectrum en cuerpo y alma me hizo repudiarlo cuando pasé al mundo de los PCs. Como no podía ser de otra forma, mi vida profesional está muy centrada en la informática, y soy consciente de la existencia de grandes grupos de seguidores de miles de productos y tendencias; y cómo no, el Spectrum es uno de ellos. Al residir en el Reino Unido era consciente de la cantidad de material y seguidores de todo lo que lleve el logotipo de Sinclair, pero no tenía ni idea de la fuerza de la comunidad del Spectrum en nuestro país. Es algo que tengo que agradeceros a todos desde estas líneas.
Debo purgar muchas penas de juventud en las que me forcé a olvidar el Spectrum. Se te hará extraño que comente los escaneos de la revista como fuente de información, pero ello es debido al crimen que cometí al vender la colección completa de MicroHobby cuando vendí mi último Spectrum. Lamentable, pero en aquellos años no tenía un duro y aquella pasta era vital para seguir comprando material. La lógica siempre dictaba que con el cambio de tecnología había que intentar conseguir al máximo el retorno de capital que se pudiese hacer de la tecnología anterior. Hoy en día, con más años de por medio repudio mi decisión y pagaría el oro y el moro por poder tener esas revistas en mis manos.
Me gustaría dedicar más tiempo a colaborar con estos proyectos. Lamentablemente mi tiempo libre es limitado, pero intentaré corregir esto en el futuro. De momento he comenzado con ojear los grupos de noticias y seguir las novedades que vais publicando.

A.V. : Pues a mi modo de ver es de ley decirte que ya has empezado tu colaboración, Gorka, pues es dificilísimo de imaginar que algún justiciero más nos pudiera haber proporcionado la información y la serie de experiencias personales que conllevó el asumir este papel. Y a buen seguro que muchos habrán disfrutado con esta lectura. Finalmente, ¿hay algo que desees añadir?

G.P. : Es un orgullo para mí poder contaros todo esto; no porque lo considere muy interesante, sinó porque estoy convencido de que habrá gente a la que le haga recordar otros tiempos. Desde que contactamos en las 'news' he leído una cantidad importante de material compilado por un montón de gente. Y muchas de las cosas que la gente ha tenido a bien de publicar me han hecho pasar muy buenos ratos, porque han sido un vehículo para recordar otras vivencias. Si alguien consigue lo mismo al leer esto me daré por satisfecho.


Gorka Polite, 1985


A.V. : Muchísimas gracias por todo, Gorka.

Otra página alojada en Speccy.org:
www.speccy.org
MHR
Última actualización: -040109-
© 2002 - Albert Valls, Gonzalo Pérez de la Ossa
Volver al índice